Llevo algún tiempo presentándome a concursos internacionales (como un par de años), persiguiendo suficientes fotografías aceptadas como para conseguir el título de Artista FIAP, que es el objetivo para el 2016. En este momento llevo más de 100 aceptaciones en 19 concursos de 8 países, con una veintena de fotos diferentes. La cosa va bien para alcanzar el objetivo (incluso tengo un buen tramo recorrido para el siguiente nivel, Excelencia FIAP), y solo me falta una condición un tanto "incómoda": tener cuatro fotografías diferentes aceptadas en concursos en papel. Como digo, es un poco mas incómoda porque supone imprimir las fotos, envolver, enviar, etc... mientras que un concurso digital se gestiona en un "plis" a través de Internet. En todo caso, acabo de participar en dos de estos concursos, y espero poder cumplir la condición con ellos (mantengamos los dedos cruzados hasta el fallo).
Como me gusta explicar lo que hay detrás de la foto en cuestión, os daré los detalles. La foto no es en absoluto de ayer... la hice en abril de 2011 con la Canon 7D. El objetivo utilizado es el Canon 10-22 f/4, a f/16, ISO 100 y una exposición de 3,2 segundos. La cámara está sujeta con el trípode encima del piano, y disparada con temporizador por mi mismo. En el momento que se abre el obturador, comencé a mover las manos, deteniéndome más en unos sitios que en otros para dar esa sensación simultánea de movimiento y de parada sobre algunas teclas. En este caso no utilicé esa técnica de montar varias fotografías que os he contado estos días en este post y en este otro, sino que teniendo un poco de cuidado, se puede conseguir el efecto en una sola toma.
Por supuesto, sería posible poner la foto al revés (rotada 180º), pero el efecto, os aseguro que no es el mismo, ni de lejos.