domingo, 12 de julio de 2015

Crónica de un proyecto: Dachau - Campo, Turismo y Memoria

El proyecto Dachau - Campo, Turismo y Memoria es, hasta este momento, el que más me ha gustado hacer. Cuando te planteas la realización de un proyecto, éste puede ser para desarrollar a lo largo de varios días, de meses, o incluso de años. Pocos proyectos se desarrollan en un único día, pero a veces es lo que hay: una oportunidad que hay que aprovechar. Lo que diferencia este conjunto de fotografías de un conjunto fotografías de viajes convencional es el trabajo previo y la intención. Desde el momento en el que supe que tenía que viajar a Munich por motivos de trabajo de miércoles a viernes en junio de 2015, me reservé el sábado siguiente para visitar de nuevo el campo de Dachau, y me puse a trabajar para aprovechar ese día al máximo.

No ha sido la primera vez vez que he estado allí. A finales de los 90 estuve un par de horas recorriendo aquella maquinaria del horror. En aquel viaje no pase de hacer algunas fotos de recuerdo, pero desde ese momento pensé en volver y poner mi granito de arena como narrador de una historia que hay que evitar que se repita a toda costa...

Para el enfoque del proyecto, me plantee mostrar el campo desde perspectivas diferentes. A medida que me documentaba sobre los elementos que se conservan y los que están reconstruidos, iba tomando forma el proyecto completo, tal y como lo he desarrollado: tres puntos de vista bien diferenciados que debía ir fotografiando a la vez, y que luego separaría en casa, en el trabajo de edición y procesado.

El primer punto de vista es el de la propia maquinaria del horror: el campo en si mismo. Para ello, tuve claro enseguida que las fotografías debían mostrar las instalaciones, las habitaciones, los calabozos, la cámara de gas y los hornos, sin que apareciera una sola persona. Además, las alambradas y las torres de vigilancia debían tener una presencia importante. Desde un primer momento me imaginé este conjunto de fotos en blanco y negro, para dar la sensación de cercanía en el tiempo con el momento histórico en el que el campo estuvo activo.

El segundo punto de vista es el campo como atracción turística. Quizá turismo no es exactamente la palabra correcta, pues se trata de un lugar que atrae a cientos, o quizá miles, de personas cada día (inicialmente, turistas), que terminan sufriendo de manera solidaria con los que en él estuvieron internados. Porque aunque vengas "en modo turista", el campo no te deja indiferente... El procesado debía ser, sin duda en color, como las fotos que casi todas esas personas se habrán llevado a sus casas. Como las que yo hice hace casi veinte años en mi primer viaje.

El tercer punto de vista tiene que ver con la dimensión trascendente, con el recuerdo de los que allí murieron, con la memoria... El campo tiene varios lugares de oración, un buen montón de monumentos, y en sus alrededores hay dos cementerios en los que están enterrados los cuerpos que se fueron extrayendo de las fosas comunes en las que se enterraron los que no pudieron soportar la "marcha de la muerte". No tenía claro como iba a procesar estas fotos. Debían ser diferentes a las de los otros grupos de fotografías, pero decidí posponer esa decisión hasta el final. Como podréis ver, me he decantado por fotos en color, con esa imagen de foto olvidada en un cajón, que ha cambiado sus colores, y que tiene un aspecto más cálido de lo normal.

Para que la conciencia fuera completa, llegué a Dachau en tren, un poco más cómodo que en los vagones de ganado en los que llegaron tantos desgraciados, pero siguiendo su estela. Caminé por el "Camino del recuerdo" los 3 Kilómetros que separan la estación con la entrada del campo. Lo hice en silencio, no tanto porque fuera sólo, sino para poder sentir al máximo las sensaciones. El camino ha cambiado mucho, pero pasa por las mismas casas desde las que en su momento se veían pasar las columnas de prisioneros camino de una muerte casi segura.

A lo largo del mismo, una serie de paneles te reconstruyen la historia, desde 1933 hasta su liberación el 29 de abril de 1945, hace poco más de 70 años. Fotografié todos, para que puedas leerlos si te apetece... El camino recorre antiguos edificios de las SS, así como algunos almacenes en los que los prisioneros hacían trabajos forzados, y que hoy reutiliza la Policía alemana. Debo reconocer que me dio un escalofrío cuando en el panel número 11, a las puertas del campo, descubrí una foto del mismo lugar en el que estaba, y en el que apenas había cambio alguno (poco mas allá de un contenedor en la puerta).

Una vez en el campo, unas 9 horas sin parar de hacer fotos entre sus alambradas y los cementerios de Waldfriedhof y Leitenberg, aprovechando algunos ratos para dedicarlos a ese mundo trascendente del que antes os hablaba. La experiencia, os aseguro, ha merecido la pena.

Para tratar de poneros en situación, el proyecto podrá verse de dos formas diferentes: un conjunto de fotografías de cada uno de los tres puntos de vista, que ya tenéis disponibles, o un video con el que pretendo poner en situación al espectador; hacerle cómplice de mis sensaciones; intentar que no pueda olvidar el sufrimiento de las miles de personas que murieron en el. El video estará disponible a partir de finales de septiembre de 2015, cuando lo proyecte en la Agrupación Fotográfica de Guadalajara. Guardo el estreno para compartirlo con mis colegas de la AFGU.

En todo caso, si quieres tener más información sobre el campo o si deseas preparar a conciencia tu visita, no dejes de entrar en este enlace.