En mi caso, durante los últimos 15 días he aprovechado un par de viajes largos encadenados para replantearme el procedimiento para enseñar mi porfolio. Como sabéis, a principios de año decidí presentar mis fotografías, agrupadas por proyectos, en una nueva web: www.fotografiareposada.com. Al mismo tiempo, desde el 1 de enero he comenzado a publicar una fotografía diaria (con algún hueco en días de excesivo trabajo o por estar fuera de casa) en algunas redes sociales. Mi planteamiento era el siguiente: ir alternando fotografías de todos los proyectos, con el objetivo de que los eventuales seguidores pudieran ver los diferentes trabajos e ir al porfolio a ver uno de manera global si así lo deseaban. El caso es que la cosa no ha funcionado muy bien. Algunas fotos se entienden mal fuera del contexto y tenía la sensación de que estaba presentando un popurrí que no me terminaba de convencer. Así que, aprovechando ese par de viajes enlazados de los que os hablaba, en los que me iba a ser muy difícil mantener el ritmo de subir una foto diaria, he aprovechado para pensar un poco.
El resultado ha sido tomar la decisión de empezar de cero y presentar los proyectos de forma consecutiva, de manera que si alguien ve las fotos en la red social de turno, se comprenda el proceso mental que me ha llevado a hacer el proyecto. En estos proyectos las fotos no son fotografías aisladas, sino que son mucho más (incluso aunque hayan pasado años entre la primera y la última). Al mismo tiempo, creo que voy a renunciar a un par de redes sociales: por un lado Flickr, que la dedicaré a otra cosa, y por otro 500px, donde no termino de entender cómo hacer llegar mis fotos a mas gente. Al final me quedaré con Instagram... Ya sé que no es lo mejor del mundo y quizá me equivoque otra vez. Tranquilos, que me veo capaz de empezar de cero de nuevo en otro momento.
Para este reinicio he elegido uno de los proyectos que me parecen más originales de los que he hecho. De hecho es el primero de una serie, ya que mi planteamiento cuando lo hice fue que fuera el primero de unos cuantos. La idea central del proyecto consistía en mirar a través de un catalejo, de acercarte a los demás desde la lejanía. De ver lo que ocurre, pero pensando que quienes aparecen no te pueden ver, aunque aparentemente te estén mirando. Os dejo aquí el video que hice en su momento con las fotos. Hoy empiezo con la primera, ese batiburrillo de letras que definen Madrid con tanta claridad.