martes, 29 de enero de 2019

La necesidad de perseverar

Reconozco que no soy mucho de ir al gimnasio... Sin embargo, eso no quiere decir que no tenga claro que, si quiero adelgazar y estar en mejor forma física, lo mejor es hacer una serie de ejercicios que se repitan con cierta frecuencia. A los niños pequeños se les enseña a sumar por "inundación": se les hace realizar un montón de sumas, repitiendo el proceso una y otra vez, hasta que lo automatizamos en nuestra cabeza. Cuando un músico quiere aprender una nueva melodía, le ejercita decenas, quizá cientos, de veces, hasta que la domina por completo. Pues bien, esa repetición es buena siempre que queramos aprender algo nuevo: repetir, repetir, repetir... esa es la clave el éxito.

¿Y qué tiene que ver esto en un blog de fotografía? Pues tiene que ver con la perseverancia en una técnica o en una temática. Tiene que ver con que para aprender a dominar la técnica y el lenguaje fotográfico, ademas de ver mucha fotografía, hay que hacer mucha fotografía. Y conseguimos llegar más lejos si nos centramos en un problema cada vez y tratamos de mejorar cómo lo abordamos. Como ejemplo, os voy a poner mis tres últimos "procesos de aprendizaje".

Durante el curso 2016/17 me planté ejercitarme en fotografiar paisajes. Era algo que no había hecho nunca o casi nunca. Si había fotografiado un paisaje no había dejado de ser una fotografía de lo que veía, pero sin más. Comencé a leer y a trabajar el tema el verano del 16 y en los concursos sociales de la Agrupación Fotográfica de Guadalajara me planteé entregar sólo paisajes. Teniendo en cuenta que los temas eran muy diversos, os aseguro que no siempre fue fácil. Por poner un ejemplo, el tema final era "la vida del hombre" narrada en una serie de tres fotografías. Ponerte retos te hace ser más creativo, y creo que salvé ese año con bastante dignidad (aunque, por supuesto, no pretendía ganar nada en esos concursos). Estas son esas tres fotografías:

Os aseguro que no fue fácil elegir el lugar y repetirlo varias veces en diferentes momentos, pero siempre desde el mismo sitio, para mostrar "la vida del hombre" en un paisaje. Una cosa que ejercité de manera absoluta fue la paciencia... Todo este proceso me fue especialmente útil en mis vacaciones de verano en Islandia. No fue premeditado, pero si te estás planteando ir en algún momento a un lugar así, conviene que practiques antes, y mucho...

El segundo "proceso de aprendizaje" fue durante el curso siguiente, nuevamente utilicé los concursos sociales de la AFGU para plantearme un nuevo reto. Algo que no domino bien: los retratos. Y en 12 ocasiones tuve que enfrentarme a fotografiar a personas más o menos dirigidas. Y también aprendí mucho. Los primeros son sensiblemente peores que los últimos... No estoy descontento con ninguno, pero se nota el aprendizaje. Este es mi propuesta para el tema "impresionismo":

El tercero lo habéis ido sufriendo durante todo el 2018. En el proyecto 52 palabras /52 semanas me planteé hacer bodegones de tamaño reducido. Algunos podrían considerarse macros. Nada podía exceder los 30-35 centímetros de una caja de luz que he usado como centro del proyecto durante todo el año. En este caso estoy especialmente contento, ya que he aprendido o he profundizado en muchas cosas: apilamiento de capas, composición, iluminación... y sobre todo, creatividad. Como ejemplo, esta fue mi propuesta para la palabra "cielos".

Como moraleja de todo este rollo: si queréis aprender fotografía de verdad, plantearos una meta a largo plazo (un año está bien), y perseverar en ella hasta que la dominéis. Al final, os aseguro que merece la pena.