domingo, 17 de diciembre de 2017

Un nuevo retrato en los concursos sociales de la AFGU

El tema del último concurso de 2017 ha sido libre (monocolor). Ha habido cierto debate sobre el concepto "monocolor". Está claro que cualquier fotografía monocroma, tal y como la entiende la FIAP (la Federación Internacional de Arte Fotográfico), es monocolor:

Una obra en blanco y negro, yendo del gris claro (blanco) al gris muy oscuro (negro), es una obra monocroma con diferentes matices de grises. Una obra blanco y negro virada íntegramente a un solo color se considerará una obra monocroma, pudiendo figurar en la categoría blanco y negro; dicha obra podrá ser reproducida en blanco y negro en el catálogo de un Salón bajo Patrocinio FIAP. Por el contrario, una obra blanco y negro modificada por un viraje parcial o con el añadido de un color, se convierte en una obra en color (policroma), debiendo figurar en la categoría color; dicha obra deberá ser reproducida en color en el catálogo de un Salón bajo Patrocinio FIAP.

Sin embargo, desde mi punto de vista, creo que el concepto va un poco más allá que el de monocromo, ya que considero monocolor a cualquier fotografía que está hecha en color, en la que lo que predomina son blancos y un color concreto (y eventualmente, negros). No se trata de fotografías con desaturado selectivo (de esas que podéis encontrar en Londres con todo en blanco y negro y las cabinas típicas en rojo), sino fotografías que tienen un color único, como una foto del mar que se funde con el cielo en los mismos tonos de azul.

El asunto es que para esta ocasión, preparé un nuevo retrato. Me apetecía hacer una versión minimalista del retrato, con mucho espacio negativo, en el que se pueda interpretar que no somos tan importantes como nos creemos. No se si lo he conseguido, pero la foto en cuestión me gusta mucho.

La foto en cuestión está hecha contra un fondo negro e iluminación lateral con la Fujufilm X-Pro2 y el 35mm f/2 a f/2.8. La apertura tan abierta es para evitar que se pueda notar cualquier arruga del fondo. La velocidad fue 1/160 para sincronizar bien los flashes y el iso 200. la potencia de los flashes se calculó para estos valores. En el revelado, tras pasarla a blanco y negro (para evitar que mis compañeros de la AFGU tuvieran una interpretación diferente de la mía del concepto "monocolor"), le hice un virado mediante capa de equilibrio de color con los siguientes valores:

  • Medios Tonos
    • Cian-Rojo: +9
    • Magenta-Verde: 0
    • Amarillo-Azul: -9
  • Iluminaciones
    • Cian-Rojo: +9
    • Magenta-Verde: 0
    • Amarillo-Azul: -9
  • Sombras
    • Cian-Rojo: 0
    • Magenta-Verde: 0
    • Amarillo-Azul: 0

La foto consiguió pasar el corte y puntuar, aunque en última posición de las que consiguieron puntos. Hay que reconocer que ha sido uno de los sociales con mayor nivel de los que yo recuerdo. Era realmente difícil seleccionar las 15 fotos que cada uno quería puntuar, y por lo tanto me quedo satisfecho con la posición alcanzada.

El siguiente tema es "Retrato", algo que debería ser fácil para mi, pero que me lleva a tener una mayor exigencia. Ya tengo alguna idea... A ver si soy capaz de llevarla a la práctica.

martes, 5 de diciembre de 2017

Detrás de la cámara

Nuevo concurso social en la AFGU y nuevo reto para mi "año de los retratos". En esta ocasión, el tema ha sido "detrás de la cámara". En los primeros momentos ya me imagine en un autorretrato delante de un espejo. Quería darle un toque diferente, y mi primera idea fue hacer una imagen surrealista. Pretendía que el espejo flotara en un bosque, y que lo que viera reflejado en él, además de mi cara, fuera un desierto. Para ello hice una foto en la que el espejo estaba en una pared de color uniforme, y el reflejo era otro color uniforme. En este caso, dos verdes diferentes. La foto está tomada con dos flashes de estudio a los lados con sendas ventanas de luz (se ve perfectamente la iluminación en los dos lados de mi cara). Los datos técnicos son: Fujifilm X-Pro2 con el 56mm f/1.2 a f/11; la velocidad, 1/250 para sincronizar los flashes, y el ISO, 200. La potencia de los flashes no merece la pena que la ponga, creo yo, porque dependiendo de los que tengáis, la distancia y los pasos de potencia dependerán.

La idea que tenía era cambiar cada fondo verde por una de las dos imágenes (selva y desierto), para generar una sola imagen. Si no sabéis como se hace, la idea es hacer una selección de color en Photoshop que nos permita hacer una máscara con la que mostrar solo la parte que quieres en una capa superior a esta foto. Luego hay que tener cuidado con los bordes de la figura que aparece, porque no siempre están muy allá. El caso es que una vez hecho el experimento, lo que quedó me gustaba tan poco que no me atrevo ni a mostrároslo... El problema no era técnico, que la cosa quedó muy integrada. Simplemente, la imagen resultante generaba nauseas.

Buscando qué poner como "paredes" de esa habitación recreada recordé unas texturas que fotografié para poner como tramas en algunos bodegones (ojo con eso, que si te pasas, la cosa queda horrible). El caso es que puestas en su sitio correcto y jugando con las iluminaciones, la foto quedaba bastante más presentable.

Para completar la imagen, hice un virado a sepia con unos valores que me gustan especialmente y le añadí un poco de grano artificial, para darle un sabor antiguo. El remate consistió en añadirle un borde de fotografía recortada con guillotina de picos con un borde negro para resaltarlos. Todo esto os lo contaré con detalle otro día, cuando os muestre las fotos que preparé para la batalla olvidada de Abánades de este año.

La foto final es ésta, que ha quedado tercera en esta ocasión, lo que me ha permitido auparme al 8º lugar de la clasificación general, que no está nada mal...