martes, 3 de octubre de 2017

Linea 5

La fotografía callejera nos permite reflejar a los demás cómo vemos una ciudad. Hablando con Chema Conesa hace unos días, en la inauguración de la exposición "Cespedosa" en la Universidad de Alcalá (de la que os hablaré en el próximo post), me dijo una frase que me gustó mucho: una vez hecha la fotografía, la imagen deja de ser del fotógrafo para ser de quien la ve. Para mí, la fotografía es del fotógrafo justo en el momento en que decide hacerla (y decide cómo la va a presentar, lo que en mi caso suele ir unido). Cuando recorro las calles de cualquier lugar buscando esa imagen que refleje su espíritu, hay un momento en que veo lo que va a ocurrir, preparo la cámara y me dejo llevar por el momento del disparo. En ese momento me imagino la foto ya procesada: en color o en blanco y negro, con mayor o menor contraste, eliminando algún elemento del encuadre, etc... Ese es mi momento. Luego, tras el procesado, cuando la hago pública, la foto pasa a ser vuestra. Seréis vosotros, los espectadores, quienes interpretéis la imagen en función de vuestra historia.

Hoy os traigo una de esas fotografías. En su momento la titulé "Linea 5", simplemente porque esa es la linea de metro que utilizaba para ir a la universidad los días que me quedaba en Madrid en la casa que fue de mis abuelos. Cada vez que vuelvo a Madrid y monto en metro rememoro aquellos años: la gente abarrotada, el cansancio en las caras sea por la mañana o por la tarde, el silencio del vagón, cada uno a lo suyo; quizá una pareja hable en algún lugar, pero el "tran-tran, tran-tran..." de las ruedas y las vías apagan sus voces.

En uno de esos viajes, llevando la Fujifilm X100s en la mano, quise guardar para mi una imagen de ese vagón lleno de gente. Levante la cámara hasta la altura de los ojos, y encuadrando con la pantalla vi como una mujer me miraba. Mientras que comprobaba el encuadre, en décimas de segundo, vi a un hombre mas alto mirarme también. Al tercero que lo estaba haciendo lo descubrí después. Apreté el disparador y guarde la cámara. Las caras fijaron su mirada en otro punto y la vida siguió en el vagón son el mismo ruido de fondo: "tran-tran, tran-tran..."

La Fuji X100s (o cualquiera de esa familia), son excelentes cámaras para fotografía callejera. Nadie te ve como un fotógrafo. No intimidan. Y son enormemente silenciosas, de manera que nadie sabe que has hecho la fotografía. Por si no la conocéis, lleva un objetivo fijo de 23mm (equivalente a 35mm en las cámaras de negativo de 35mm) f/2. La foto que os presento hoy está hecha a f/4 y 1/100, con un ISO 3200. Como veis aguanta muy bien esas situaciones de poca luz, y si el procesado es en blanco y negro, incluso le queda bien.

Esta fotografía ha obtenido una medalla de bronce del salón en Bardejov, Eslovaquia, en el marco del Circuito Internacional de Fotografía ZOOM 2017, en la sección de Fotografía de Viajes. Es una de las 17 fotografías premiadas de 1345 fotos presentadas. Asimismo, tiene ya varias aceptaciones como finalista en otros concursos a pesar de ser una de las últimas que he incorporado al conjunto de fotografías que presento en concursos.

A partir de ahora, la foto es vuestra...