sábado, 11 de diciembre de 2010

Revelado por contacto en la pantalla

Hace algún tiempo descubri el trabajo de Antonio Graell sobre lo que el llama "la halurización del pixel" y que podeis encontrar en http://halurizacion.myblog.es/. Por aquello de la curiosidad del investigador profesional, no podía dejar de intentar hacer algo parecido, así que me puse manos a la obra. Antes de seguir, os cuento de que va esto, en las palabras del propio Antonio Graell: Las fotografías expuestas son el resultado de copiar la imagen mostrada en el monitor, una imagen que ha sido previamente manipulada hasta conseguir crear un “auténtico” negativo digital -sustituto de aquellas placas de cristal que se usaban en los albores de la fotografía- que sirva de original del que positivar las copias.

En resumen, hay que manipular una foto para generar un negativo mediante técnicas digitales, que luego positivaremos por contacto. La cosa tiene la gracia de aunar la tecnología digital en la toma de la foto, con la fotografía química de la de toda la vida, en lo que ahora conocemos como "la impresion".

El primer paso fue buscar si había más "locos" que se dedicaran a esto, y me encontré con un par de sitios web en los que hablaban de la misma técnica: http://laptopogram.tumblr.com/, en inglés, y la web de Javier Rayon (http://www.jrayon.net/2009/09/positivado-por-transferencia-de-pixeles/), en español. No era un mal comienzo, pero faltaban algunos detalles básicos como el tipo de papel, los filtros usados (en caso de papel multigrado) y lo mas importante, qué pantalla se ha usado, qué aspecto deben tener los "negativos" y cuánto debe durar la exposición. La unica indicación era algo tan vago como "es mejor usar un portatil, porque así lo puedes tener en el cuarto oscuro", y una referencia a 6 segundos de exposicion en una de las páginas... Tocaba hacer experimentos casi desde el principio.

El papel utilizado ha sido Ilford Multigrado IV, con líquidos " a juego" (vamos, de la misma marca). Armado con mi MacBook, preparé un negativo de esta foto:




Este fue el inicio de una gran tarde de fracasos. Todas las pruebas (todas), generaron copias (casi) completamente negras. Daba igual el tiempo utilizado, tanto en exposicion (entre 30 segundos en la primera prueba, hasta un par de ellos en la ultima), como en revelado: al poco tiempo de meter el papel en la cubeta la imagen se volvía negra, sin posibilidad de control. Pensé en olvidare del tema cuando me di cuenta que quizá la culpa era del Mac y su maravillosa pantalla retroiluminada. Para los profanos, esto significa que incluso el negro tiene iluminacion, por lo que vela el papel... Primera conclusión: los Mac no sirven para este proceso...

Aunque pensé en abandonar, un par de semanas después me planteé mejorar las pruebas. Como me daba un poco de pereza mover la pantalla de mi PC de sobremesa al laboratorio, probé con el iPad, aparentemente menos luminoso. Aqui dió comienzo una tarde de esperanza :)

La configuraciónpara el iPad consistió en poner la imagen negativa como imagen de partida (la que se ve cuando se enciende), y tratar de encenderlo durante un segundo, aproximadamente. Tras 15 segundos de revelado, la imagen resultante era esta:



Ya se que no es como para tirar cohetes, pero os puedo asegurar que, en ese momento, tuve la misma sensacion que cuando obtuve mi primera imagen en el cuarto oscuro, hace más de treinta años. La cosa parecía que funcionaba y aunque se veía "un poco" desenfocado era un primer paso. El desenfoque, sin duda, se debe a la distancia que hay entre el punto donde se crea la imagen y la parte exterior de la pantalla tactil. En todo caso decidí hacer más pruebas, y trate de ver que pasaba cuando la imagen tenía un filtro amarillo (para conseguir menos contraste) o un filtro magenta (para conseguir el máximo contraste). En ambos casos lo hice poniendo una capa de color solido al 20%. Los resultados permiten ver que sí hay un efecto de contraste cuando se usa el filtro, especialmente si nos fijamos en las tejas de la derecha.




Ya metidos en harina, y puesto que Antonio Graell afirmaba que el sistema parecía funcionar mejor con retratos que con paisajes, cambié de foto y generé el negativo digital de esta:




El resultado fue el siguiente:



Ya no podía terminar el proceso sin probar con una pantalla plana que tuviera poca distancia entre la imagen y la cara exterior. No quedaba más remedio que usar la del ordenador de sobremesa. La cosa no fue tan terrible como podía parecer: simplemente exponía en una habitación y me llebava los papeles a revelar al cuarto oscuro, bien protegiditos en su bolsa negra de origen.

Aquí sí que pude considerar que la cosa había funcionado bien. Las dos fotos siguientes estan obtenidas a partir del "negativo" original, la primera, y del negativo con una capa gris para disminuir el brillo y evitar un contraste tan duro, la segunda:




Como conclusión, se trata de un proceso realmente curioso que aún requiere bastantes más experimentos, pero que puede permitirnos generar imágenes diferentes de las que estamos acostumbrados a ver, y por lo tanto, interesantes. La magia de la fotografía química manual estaba precisamente en la dificultad (casi imposibilidad) de obtener dos copias iguales. Este proceso nos puede acercar a ese tipo de fotografía desde la cámara digital. Solo es cuestión de seguir investigando.